lunes, 13 de mayo de 2013

Más vale tarde que nunca

Seguro que aquellos que conocen la escuela recuerdan los tediosos planos de pendientes, cuencas visuales, áreas de inundación... que tuvimos que sufrir en el primer curso de urbanismo. Llegaban así, tal cual, esta semana vamos a hacer el plano X. Pero estas semanas he tenido la suerte de dar con el libro de Ian McHarg Proyectar con la naturaleza, en el que explica el por qué de estos planos y su relevancia para abordar un proyecto de urbanismo y paisaje. Por supuesto, todo tiene que ver con los ecosistemas, con entender qué hay en el lugar, qué podría haber, qué usos y actividades podrían combinarse en cada lugar para aprovechar su potencial al máximo. También plantea los ecosistemas como procesos en el tiempo y explica como si fuera un cuento, por ejemplo, que una duna es la solución de la naturaleza a lo que los hombres resolvemos con diques, y la serie de especies que se van implantando hasta crearse casi una isla.






Así que, después de estas semanas locas de investigar un poco aquí y un poco allá, por fin tengo un plan de ataque con el que intentar dejar asentada la estrategia del proyecto en las próximas semanas. Como buena aprendiz, empezaré  por copiar al maestro. Primero analizaré cómo es la zona de actuación (la cuenca en la que se encuentra la parcela, desde el pueblo de Petit Goave hasta el embalse de Miragoane). Para esto necesitaré la geología y la hidrografía, la vegetación y los asentamientos humanos y distintos usos del suelo, tanto en planta como en sección. Y una vez tenga esta cartografía básica, incluiré los sistemas que coexisten actualmente y los problemas que plantean de los que ya he ido dando pinceladas.
Con todo esto, ya seré capaz de localizar las potenciales áreas de actuación paisajística (las que presenten problemas actualmente) y los ecosistemas que interactuarán para solucionarlos y generar recursos económicos y materiales a la comarca.
Estas conclusiones serán es escenario de partida  y la base para el diseño del proyecto de la escuela como tal, definiendo el programa (qué se va a enseñar en ella para gestionar estos ecosistemas) y la solución paisajística y constructiva de la escuela.

De momento, éstos son los estudios geológico e hídrico, en los que se nota la fuerte pendiente de las montañas paralelas a la costa donde se dan los mayores problemas de erosión y el valle con un terreno aluvial y riesgos de inundación periódica.


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