jueves, 22 de diciembre de 2016

Los roles del arquitecto


Como ya comenté en el post anterior, el grupo participante del taller Recreando el cole, que yo esperaba muy técnico basándome en experiencias de cursos anteriores en La Casa Encendida, resultó ser una amalgama de perfiles con muchas ganas y algunas ideas sobre cómo mejorar el espacio de los colegios que conocían. Algunos afrontaban las sesiones con nostalgia de lo que fue y ya no pueden disfrutar los niños de hoy en día, otros con frustración ante el inmovilismo e incluso rechazo que sus intentos de movilización habían recibido en sus colegios, otros con motivación cuando lo que habían encontrado era simpatía por el cambio, y otros simplemente con ilusión por aprender qué se puede hacer ante la situación de abandono y constantes prohibiciones en un espacio (el colegio) que debiera ser la casa de los sueños y de los descubrimientos de todos los niños. Ante esta situación lo que menos se veía eran técnicos dispuestos a participar en los proyectos que cada uno traía bajo el brazo, ni siquiera llegábamos a uno por grupo de trabajo, pero una cosa estaba clara: la “fuerza” estaba con el grupo.

Yo no cabía en mí de gozo, el grupo era perfecto para hacer un acercamiento realmente etnográfico a esta problemática y adoptar un enfoque directo desde los usuarios y verdaderos “stakeholders” de cada uno de los espacios a repensar, conociendo las inquietudes desde dentro, ¿habría llegado por fin la hora de juntar los aprendizajes de h2i con la arquitectura? Hoy quiero compartir, más allá de los resultados concretos del trabajo de mi equipo, la experiencia más trascendental que ha supuesto mi participación en el taller, y sobre todo presentar los que he reconocido como los (¿nuevos?) roles del arquitecto en los proyectos, más allá del técnico que da las soluciones como un padre que sabe qué es lo mejor para sus hijos sin opción a réplica. Esta experiencia me anima a seguir buscando oportunidades de ponerlos en práctica y abre la puerta a una nueva forma de ver la profesión que tanto me apasiona, incluso invita a dar la vuelta todo procedimiento que se firmaba como establecido antes de que el término “proyecto participativo” fuera acuñado como tal.

He aquí los 6 roles del arquitecto que he descubierto (o reafirmado) a la luz del trabajo en el taller:

1. El arquitecto como dinamita para el cambio/ motivador /identificador...

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Cartel del taller Re-Creando el cole

Este papel lo ejerció el equipo de pez arquitectos al identificar una problemática, reconocer las necesidades de un colectivo (la comunidad educativa) y motivar la acción planteando en este caso un taller donde esta gente pudiera reconocer y afrontar esa necesidad. Es fruto de la continua actitud de mantener los ojos siempre abiertos y enfrentarse a la realidad (y la sociedad) que nos rodea con mirada fresca, crítica y curiosa, de manera que sea capaz de reconocer la oportunidad de intervención o cambio. Prueba de su éxito fue que nos encontramos al inicio del curso con 8 colegios para intervenir entre sólo 5 equipos.



2. El arquitecto como eterno estudiante



Como en prácticamente cada proyecto al que me he enfrentado, nunca deja de sorprender cómo las experiencias inquietudes aparentemente inconexas con la profesión resultan cruciales para dar con una solución apropiada. En este caso mi experiencia como monitora, profesora, alumna y examinadora marcaron la diferencia para entender realmente los problemas planteados. Un buen arquitecto debe mantenerse siempre fresco, viajar, conocer y experimentar nuevos espacios y circunstancias, además de estudiar distintas disciplinas para estar siempre listo. Sin ir más lejos, conocer las nuevas tendencias en los campos de la educación y la pedagogía para acompañar las inquietudes e iniciativas propuestas por mis compañeros. La empatía también debe darse a nivel profesional.



3. El arquitecto como revolucionario/estimulante



Este título tiene trampa si consideramos como cierta la afirmación con la que comenzaba mi último post, pero de alguna manera es el arquitecto el que puede (y debe) ser capaz demostrar referencias, ideas y propuestas que estimulen al “Project owner” y le den alas para ampliar las posibilidades que antes ni llegaba a concebir. Debe compartir y seguir ampliando el imaginario de opciones y despertar pasiones.




4. El arquitecto como guía facilitador



Este es un rol que practicamos mucho en h2i, porque es vital en cualquier proyecto o toma de decisiones que busque el trabajo en equipo para que sea realmente un proceso participativo y democrático. El facilitador conoce el proceso, sabe las fases por las que pasa un proyecto (y un equipo) por su propia experiencia y lo comparte asesorando al grupo. Si se va a desarrollar un diagnóstico participativo o con observación, que es lo suyo, ayuda a descifrar los “insights” que se esconden detrás.




5. El arquitecto como director de orquesta



Se desarrolla a la par que el rol anterior pero tiene otro enfoque. Como director de orquesta el arquitecto se abstrae del grupo y ayuda a organizar las ideas que fluyen, reconduce los pensamientos y al quipo de stakeholders acompañándoles en el proceso creativo. "Envisiona" hacia dónde quieren ir y da imágenes a las palabras o a lo que ni siquiera son capaces de expresar, casi como un vidente. Y en este punto no puedo sino acordarme de una de mas mejores profesoras que tuve en la escuela de arquitectura, Aurora Fernández, que en 2º de carrera cuando apenas estábamos descubriendo qué es eso de arquitectura, era capaz de sugerirnos las referencias de aquello que no sabíamos ni que existía ni que era lo que estábamos imaginando, pero era justo eso lo que andábamos buscando para nuestro proyecto.


6. El arquitecto como publicista




Dotado con una formación y experiencia con cierta tendencia artística y sensibilidad estética, es capaz de dar la vuelta a un dibujo, una presentación, para que muestre todo su potencial. Es quien logra vender una idea por los ojos, dar una imagen a ese concepto que tanto ha costado definir con palabras, y embauca para venderlo. Muchas veces, como pasaba en este proyecto, asiste a aquellos que no tienen la última palabra para dar visto bueno al proyecto, en este caso grupos de padres o profesores que tienen que convencer a la dirección del colegio, o al director que debe conseguir financiación... En resumen, ayuda a presentar, justificar, argumentar y vender por los ojos aquello en lo que cree el equipo.

Y ya si eso… el arquitecto como técnico ;)

PD: Seguro que os preguntáis de dódne he sacado la foto tan increíble que inicia el post. Pues bien, es de este banco de imágenes gratuitas. ;)